lunes, 18 de octubre de 2010

Una botella al mar

Una botella arrojada al mar es una imagen que siempre me ha golpeado.
Un hombre arrojando un mensaje a la inmensidad es un símbolo de alguien que no se resigna.
Que consciente de su soledad, apunta a todos y a cada uno  de los destinatarios.Que consciente de su pequeñez usa la inmensidad como canal de comunicación. La suprema esperanza jugada a la última carta.
Una imagen en la que confluyen la desesperación del que se sabe solo de toda soledad y la satisfacción del que sabe que ni en esa angustiante situación se resigna y abandona a su destino.
Por eso arrojo esta botella al mar.
Con la esperanza de que alguien la recoja, y se la haga llegar a su destinatario.
Claro que no pongo destinatario, por lo tanto, si la encontrás, primero fijate si el mensaje es para vos , de ser así, simplemente ingresá (si te da la gana) un comentario para mi, (a manera de respuesta), para saber que el mensaje llegó a destino. Si no es así, simplemente acercale esta botella a quién pudiera interesarle.
Desde ya, muchas gracias

1 comentario:

  1. Le di por nombre “la Isla del Olvido”
    y entre otras cosas me puse a juntar
    la variedad de formas de botellas
    que abandona el mar.

    Y así encontrando ya hace mucho tiempo
    en una de ellas me hallé esta señal:
    “sigo esperado por ti cada ocaso
    en el mismo lugar”.

    La nota no tenía firma ni fecha
    como tampoco marcaba un lugar
    e imaginé que encontraba en el mundo
    otro náufrago más.

    “Sin tiempo y firma y de ninguna parte
    te salgo a buscar”,
    decía el mensaje en la misma botella
    que devolví al mar.

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