miércoles, 29 de agosto de 2012

Haga como yo, no se meta en política


Marcos Aguinis comparó a la Juventud Kirchnerista con las juventudes Hitlerianas, y, como no podía ser de otra manera, en la comparación salieron favorecidas las huestes de Hitler. Y eso solo puede asombrar a quienes no hayan visto nunca los comentarios de este señor en el programa de Grondona (el que sugiriera que había un señor llamado Cobos, que bien podría reemplazar a una presidenta elegida por el pueblo durante los días de la 125 y que expresara en su programa que con la muerte de Nestor Kirchner ex-presidente constitucional, desaparecía el menos peligroso de los dos, aludiendo a su viuda Cristina Fernández, presidenta constitucional).

Mauricio Macri  habilitó un 0800 para denunciar la presencia de jóvenes militantes políticos de La Cámpora en las escuelas. Las mismas escuelas que jóvenes militantes del PRO, ayudaran a pintar, con sus remeras amarillas que los identificaban como partidarios del oficialismo.

Lilita Carrió, acusó a Fuerza Bruta de haber organizado el velatorio de Nestor Kirchner.

Jorge Lanata definió a Jóvenes dirigentes del Kirchnerismo como pibes, pero luego se corrigió y los definió como boludos grandes.

Practicamente todos los dirigentes de la oposición se pronunciaron en contra de la militancia social de los jóvenes en las cárceles, y de la participación de los reclusos en actividades culturales.

En ésto no hay casualidad, ni inocencia.
Está hecho con premeditación y alevosía.
Los jóvenes son el objetivo.
La política es su culpa.

Curiosamente, nadie en los medios de comunicación dominantes, salen a recordarles que la práctica política es un derecho y no un delito a perseguir . Los supuestos defensores de la libertad de expresión, tienen absoloutamente claro, que la única expresión que quieren libre es la suya propia, y la que defiende a sus intereses económicos.¿O ustedes vieron a los medios nacionales e internacionales defender la libertad de expresión del señor Assange, fundador de Wikileaks ?

Es llamativa la falta de reflejos de la dirigencia judía, de permitir que alguien afirme que los asesinos de millones de personas de su comunidad, eran unos idealistas, y mejores por lo tanto, que estos pibes que van por los colegios a difundir una historieta, reconocida como una obra maestra de su género, hasta hace poco llevada a las mismas escuelas por funcionarios del PRO, en una edición de Clarín.

No sorprende a nadie, en cambio la actitud del Jefe de Gobierno porteño. El hombre ha hecho de la negación de la política, y del desconocimiento total de sus reglas, una marca registrada. Y le ha ido bien ¿Para que ponerse creativo? Aunque promover que la gente denuncie algo permitido por las leyes ¿No es un poco extremo hasta para el procesado por crear una agencia gubernamental de espionaje a opositores?

Tampoco sorprende a nadie Lilita (aunque no he hablado con su psiquiatra para verificar esta afirmación)
Para no ser injustos, tampoco nos sorprenderemos con Jorge, quién ha colmado hace rato nuestra capacidad de asombro. A ambos habrá que reconocerles su esfuerzo como fundadores de la autoreducción al absurdo.

Lo de la oposición no merece comentario alguno, habiendo opinado al respecto el electorado.

Ante tanta negación de la actividad que les da de comer a todos estos ineptos, al mismo tiempo que demonizan a la juventud, no puedo menos que recordar una famosa frase de otro personaje que supo utilizar ambas estrategias.

Cuentan que ante la pregunta de uno de sus ministros de que debía hacer para mantenerse en su cargo por un largo tiempo, el dictador español Francisco Franco,( militar genocida que inició en la península Ibérica el experimento que culminaría con el ascenso al poder del fascismo italiano, y el nazismo alemán) le respondió: Haga como yo, no se meta en política.

Cualquier similitud con la oposición político-mediática argentina no parece ser en absoluto una casualidad.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Y van y le dan un paracaídas al hijo de puta (o por qué Assange debía morir)

 

Assange, en un balcón de la embajada ecuatoriana en Londres. -

Assange, en un balcón de la embajada ecuatoriana en Londres. -REUTERS

De esta manera tan gráfica describió el hijo del presidente Eisenhower la caída de Gary Power el primero de mayo de 1960 en territorio soviético, cuando el U2 que pilotaba fue derribado. Los norteamericanos afirmaron que se trataba de un vuelo de observación meteorológica pero la captura con vida de Power (que sería intercambiado por un espía soviético años después) sirvió para demostrar al mundo que los Estados Unidos no estaban por la labor de relajar la tensión de la Guerra fría.
Si la CIA se equivocó al equipar los aviones U2 con paracaídas, los estadounidenses y los británicos se equivocaron al no ejecutar a Assange cuando pudieron hacerlo. Quizá la mujer que declaró ser violada por el fundador de Wikileaks y que, según afirman numerosos analistas, trabajaba para la inteligencia angloamericana, debía haber asesinado a Assange al estilo Nikita. De este modo, lo más que hubiera podido ocurrir es que continuara la tradición de best sellers y películas de espías suecas a lo Mankell o Larsson.
Pero no, el hijo de puta está vivo y a día de hoy ya no es un peligro por haber publicado documentos secretos del gobierno de los Estados Unidos o por haber dejado a la vista la corrupción y la hipocresía de la política internacional de las grandes potencias. Hoy Assange es peligroso por otra cosa. Si algún efecto está teniendo su presencia en la Embajada de Ecuador en Londres es el de hacer crecer exponencialmente el prestigio internacional de Ecuador y de las democracias latinoamericanas que le apoyan. Y créanme que, en tiempos de crisis como los que vivimos con la legitimidad de los regímenes políticos europeos en horas bajas, que América Latina se cuelgue la medalla de oro de campeona de la Democracia tiene su importancia.
 Estadounidenses y británicos se equivocaron al no ejecutar a Assange cuando pudieron hacerlo
No podemos olvidar que los medios de comunicación controlados por los gobiernos y por los magnates estadounidenses y europeos llevan años lanzados en una campaña que pretende desprestigiar a los países latinoamericanos que han desafiado la autoridad de Estados Unidos, la de sus aliados europeos y la de las instituciones económicas y militares globales. Por muchas elecciones que ganen Correa, Chávez, Morales o Cristina Fernández, por más que sus políticas sociales hayan reducido la desigualdad, por más que infinidad de organismos internacionales independientes certifiquen que estos países son un ejemplo en el respeto de los derechos civiles, el mensaje de los poderosos es el mismo: son "populistas" y siempre son preferibles los golpes de Estado (como los de Honduras o Paraguay) a que ganen las elecciones estos hijos de puta.
El problema es que ahora, para todo el mundo, algunas cosas están claras. Está claro que la amenaza británica de asaltar la embajada ecuatoriana, viniendo de un Estado que ha concedido asilo a numerosos disidentes rusos reclamados por su país, que protegió a Pinochet y que se ha opuesto históricamente a conceder la extradición de criminales de guerra nazis, es una vergüenza que deja la calidad democrática del Reino Unido a la altura del betún. Está claro también que la negativa sueca de interrogar a Assange por vídeoconferencia o de desplazar al juez a Londres para hacerlo, responde a su voluntad inequívoca de entregárselo a Estados Unidos, lo cual representa una humillación sin límites a las tradiciones de un país famoso en el pasado por proteger a perseguidos políticos de todo el mundo. Y está claro, por último, que el presidente Correa y las democracias latinoamericanas están dando una lección al mundo en lo que al respeto de los derechos humanos y al ejercicio de la soberanía se refiere. Quizá la represaliada Ana Pastor debería ahora darse cuenta de que cuando entrevistó a Correa estaba tratando con un presidente demócrata que se niega a entregar la soberanía de su país a poderes extranjeros; todo lo contrario que el presidente que padecemos en España.
La amenaza británica de asaltar la embajada deja la democracia del Reino Unido a la altura del betún
En noviembre de 1917, el comisario de Asuntos Exteriores de la Rusia revolucionaria León Trotsky dio una lección al mundo, haciendo públicos todos los tratados secretos firmados por el régimen zarista y declarando que la diplomacia secreta era un instrumento de la minoría propietaria para engañar a las mayorías y someterlas a sus intereses (qué hijo de puta, debieron pensar en todas las cancillerías europeas). El presidente estadounidense Woodrow Wilson imitaría a los bolcheviques poco después y declararía que los pueblos no podían ser tratados como simples objetos. Fueron los horrores de la Primera Guerra Mundial los que sensibilizaron las conciencias de millones de personas en todo el mundo facilitando el arrollador crecimiento del mayor movimiento democrático de la historia, el movimiento obrero que puso en jaque a las potencias Europeas que habían dominado la política internacional hasta entonces. El fascismo y el nazismo fueron la mejor vacuna frente a ese impulso democrático.
Hoy, cuando un nuevo conflicto armado de dimensiones imprevisibles amenaza con desencadenarse en Oriente Próximo, la "Crisis Assange" está poniendo de manifiesto ante la opinión pública mundial al menos dos cosas. En primer lugar, que el respeto por las libertades de las grandes potencias termina donde empiezan los intereses económicos y geopolíticos de una casta que no tiene más patria que su dinero y, en segundo lugar, que la esperanza democrática se llama hoy América Latina.
*Pablo Iglesias Turrión es profesor de Ciencia Política en la Complutense y presentador de la tertulia política televisada La TuerKa

lunes, 6 de agosto de 2012

El oscurantismo y sus tiempos


Me escribe un amigo para preguntarme que opino de las denuncias de Jorge Lanata sobre Victor Hugo Morales. Le digo que próximamente, cuando consiga una computadora ( las mías capotaron) voy a escribir sobre eso.
Generosamente, Estela, una compañera de la biblioteca que estamos armando en el barrio, me presta una notebook y cumplo con lo prometido. Mientras tanto transcribo parte de esa conversación :

ViernesGustavo Atilio Rui

Como adelanto te puedo decir : que el día que el Crucero General Belgrano se modificó para que fuera misilístico, yo estaba de vacaciones visitando a un amigo dentro de la base de Punta Alta, en pleno Gobierno militar; que viví durante aproximadamente 2 meses (si mal no recuerdo) en una iglesia católica en carácter de misionero; y que canté ante 14.000 personas en el acto de clausura de la campaña Menemista en Tandil anterior a la primera presidencia del traidor.
En caso de que algún día te tienten para unirte a la Santa Inquisición, recordá que probablemente tengas que enviarme a la hoguera por mi pasado militarista ultracatólico menemista, (no importa que desde la adolescencia haya militado contra la dictadura, sea ateo y me convirtiera en opositor al menemismo a partir del abrazo de la rata con el asesino de peronistas Isaac Rojas).
De la misma manera que si yo aceptara integrarme a esa noble causa (de la que fuera máxima autoridad en nuestros tiempos el actual Papa) debería denunciarte por tu pasado Talibán (Tengo grabados en mi mente los festejos y abrazos que te diste con un "notorio terrorista" Jaja..., el día que el "terrorismo internacional"  ¡cuac... dirían los chicos!  atacó al "mundo libre" ¡re-cuac! un 11/7) y tus antecedentes delictivos en una organización criminal juvenil sub 18 que consiguió un código que le renovó un par de veces el crédito a cierto celular. ( El hecho de que toda tu vida hayas sido una persona honorable, decente y pacifista no viene al caso)

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ViernesGustavo Atilio Rui

Como creo que nuestro común amigo Jorge ya fué reclutado por esta honorable institución religiosa, te sugiero que tengas cuidado, porque si se entera de esto que te escribo es muy probable que nuestro próximo encuentro sea en las mazmorras en las que nos torturarán por nuestro infame pasado junto a esa lacra uruguaya.

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ViernesGustavo Atilio Rui

Igual no te preocupes, porque no hay mal que dure 100 años (bueno, 100 en realidad sí, 300 también, pero no 1000), porque hace unos años la Santa Madre Iglesia declaró que se había equivocado al condenar al ostracismo a Copérnico(31/10/ 1992), y al quemar en la hoguera a su seguidor, el sacerdote Giordano Bruno (3/2/2000).
Varios años antes (1930),  la sagrada institución había elevado a la categoría de santo a su asesino, el inquisidor Roberto Belarmino .
 Es curioso, pero el santo varón tenía un nombre y apellidos premonitorios , que traducidos al castellano significan algo así como guerrero armado que lucha por su fama . Por lo tanto, como las premoniciones fueron consideradas por la inquisición como comunicaciones satánicas, en caso de haberse juzgado a su madre, se la habría condenado a la hoguera sin duda alguna, evitando así (paradójicamente) el nacimiento de tan reverendamente santo hijo de remil putas.

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ViernesGustavo Atilio Rui


Como verás mis vinculaciones con el poder no llegan hasta los dominios del poder de síntesis. Un abrazo.

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Mas allá de la humorada, no creo que haya alguien (al menos yo no conozco a nadie) que no tenga en su vida  alguna anécdota o hecho incómodo que preferiría olvidar, algo que hizo y no debería, o que no hizo aunque correspondía. Por acción u omisión, todos estamos bastante lejos de ser lo que pretendemos.

Los grandes (que en definitiva son los que nos marcan el camino) no son aquellos que nunca se equivocan, sino aquellos que pueden poner toda su energía vital al servicio de una causa que consideran justa, sin amilanarse ante las consecuencias, entre ellas el odio desaforado de los extremadamente pequeños.


Los insignificantes, los miserables que revolviendo los deshechos intentan a partir de la parte definir al todo,  pretendiendo erigirse en jueces , demuestran no ser mas que inquisidores. Ante la ausencia de pruebas que refrenden sus infamias, recurren a la fe de sus seguidores, para satisfacer los intereses de sus amos.
La experiencia les dice que nadie los juzgará por sus tropelías, porque cometen sus ofensas amparados en los oscuros poderes que los protegen, a cambio de su vergonzosa subordinación.
Por su indignidad les espera el mismo lugar en la historia que les cupo a aquellos que se rasgaban las vestiduras opinando sobre la virginidad de Evita. Hoy ni siquiera tienen nombre propio. Ya nadie los recuerda, solo su infamia los sobrevivió; mientras que Eva vuelve multiplicada en millones, a décadas de su paso a la inmortalidad.

No seremos nosotros quienes resolvamos este entredicho. La historia solo ha reservado lugar para uno de los contendientes en esta disputa. No tengo ninguna duda cual de ellos ha entrado en el alma del pueblo, y cual ha rifado su nombre y su honra.

Y si por un momento el infame Roberto Belarmino acalló las ideas de Copérnico ejecutando a Giordano Bruno, hoy la ciencia  honra permanentemente a los dos perseguidos, reconociéndolos como las luminarias de un período, que por no estar a su altura se llamó oscurantismo, mientras que para encontrar el nombre del inquisidor, tuve que recurrir a internet, porque aún conociendo la historia, no hubo forma de recordarlo.

Cuando este proceso inquisitorio no sea ya ni un mal recuerdo y  venga el olvido a dictar su inapelable veredicto, estoy seguro que mis nietos, y los tuyos, sabrán la historia de cierto barrilete cósmico, por el inolvidable relato de un "poeta" oriental, y el emocionado recuerdo de sus abuelos .
Del inquisidor, te juro, ya me estoy olvidando.